El 9 de junio de este año, Grupo Coppel presentó la actualización de su identidad corporativa, cambiando su icónica llave por un nuevo símbolo que respeta su esencia y abraza de lleno el minimalismo. ¿La razón? Evolucionar su marca para seguir cumpliendo su propósito: seguir mejorando la vida de sus clientes.
Sin embargo, esta propuesta llega en un mercado saturado de marcas que actualizan su identidad con un enfoque igualmente minimalista, pero con resultados negativos. ¿Será el mismo caso con Coppel?
La evolución de la marca Coppel
Como es costumbre en este blog, es necesario conocer la evolución de la marca para comprender su esencia y analizar correctamente su nueva identidad.
Según lo indicado en la página oficial de Coppel, esta fue fundada en 1941 por Luis Coppel Rivas y su hijo Enrique Coppel Tamayo. Originalmente, era una pequeña tienda de regalos cuyo nombre era “El Regalo”. Con el tiempo, expandió su oferta de productos a radios y relojes, y movilizó su operación de Mazatlán a Culiacán, dentro del estado de Sinaloa.
Lo que ha caracterizado a Coppel como tienda departamental es su escalabilidad a cómodos planes de crédito. Esto inició al acabar la Segunda Guerra Mundial. Debido a los estragos de la guerra, la situación financiera de muchas personas era muy complicada, por lo que Luis y su hijo Enrique optaron por vender muebles a crédito en abonos semanales muy accesibles. Fue gracias a este movimiento que la tienda El Regalo se posicionó como una tienda que mejoró la situación económica e inmobiliaria de muchas personas. Con este éxito, y para seguir mejorando su oferta al mercado, la tienda pasó a llamarse “Coppel”, ya que así era llamada por los mismos clientes.
Con el tiempo, Coppel introdujo nuevas líneas de productos como ropa y unidades de negocio como Bancoppel y Afore Coppel. Todo esto bajo la misma filosofía de confiar en el cliente y mejorar su vida, representada a través de su icónico isotipo: la llave.
El valor simbólico de la llave en el branding de Coppel
Desde que la tienda El Regalo pasó a llamarse Coppel, esta ha sido representada por el símbolo de una llave de ropero. ¿Por qué una llave? Para expresar la finalidad de su marca.
El logo de una marca, independientemente de su clasificación (logotipo, isotipo, imagotipo, isologotipo), tiene una función principal: identificar a la marca. El logo debe ser ese recurso visual por el cual los consumidores son capaces de reconocer a una empresa, es decir, ser su cara. Por lo tanto, no tiene que decir todo lo que la empresa hace, ya que esto podría obstaculizar su propósito. Lo que sí puede hacer es encarnar gráficamente el carácter o la promesa de marca.
En el caso de Coppel, mejorar la vida de los consumidores a través de distintos planes de crédito y financiamiento es su promesa como marca, abrirles muchas posibilidades. Para representar esto, la marca optó por una llave, haciendo también referencia a la venta de muebles al usar específicamente una llave de ropero.
Por eso la llave es tan icónica y ha conectado tanto con los consumidores de Coppel. No describe directamente lo que hace la marca, pero simboliza su promesa hacia los consumidores, facilitando su función de identificar a la empresa/organización.
Una nueva identidad corporativa, ¿acierto o error?

“Desde su origen, la llave ha representado algo más que acceso al crédito: ha sido símbolo de confianza, inclusión, movilidad social y la posibilidad de construir un patrimonio. Hoy, esa llave evoluciona a una más versátil y contemporánea, que representa el enorme potencial que cada persona lleva dentro”, mencionó Liliana Iñigo, directora corporativa de mercadotecnia de Grupo Coppel.
El 9 de junio de este año, Coppel presentó la actualización de su identidad visual, liderada por una nueva propuesta de la icónica llave, abstraída de una forma más minimalista. Este proyecto estuvo a cargo de la prestigiosa agencia consultora de marcas Wolff Ollins, en colaboración con Brands & People y The Juju.
¿Por qué rediseñar su identidad? Por lo mismo que muchas otras marcas: Adaptarse al mercado digital.
Empecemos por su imagotipo. La llave de ropero fue reemplazada por una composición abstracta conformada por tres círculos, los cuales forman la silueta de una llave en conjunto. Este cambio es interesante porque simplifica el concepto visual de la llave a una forma más versátil de aplicar en distintos medios.
¿Por qué unos círculos? No hay una declaración oficial de la marca o de los estudios responsables que justifiquen esta decisión, por lo que sólo queda especular: En la psicología de las formas dentro del diseño de logos, los círculos son vistos como un símbolo de estabilidad y de colaboración, por esta razón, marcas como los juegos olímpicos usan esta figura para transmitir unidad como uno de sus valores principales. Por lo que, es válido teorizar que Coppel apostó por esta propuesta de símbolo para transmitir estos mismos valores, ya que es conocida por ser una marca amigable que brinda oportunidades
El logotipo también fue modernizado con una tipografía sans serif que mantiene el carácter del anterior, pero con un enfoque más actual. Un acierto por parte de la marca.
Analizando el resto de su línea visual, al igual que sucedió con Decathlon, Wolf Ollins hizo un gran trabajo.
En general, la nueva identidad visual destaca por utilizar los círculos como elemento gráfico clave en su sitio web, app y materiales impresos. Vemos como utiliza estas figuras para jugar con las composiciones en donde se encuentran, ya sea en una tarjeta de crédito, o destacar elementos como descuentos o modelos. ¿Por qué es un acierto? Porque refuerza el nuevo símbolo de la marca, generando una coherencia visual que la distingue de su competencia y facilita su posicionamiento.
Pero, no todo es perfecto. La fuente tipográfica con serifas usada en algunos titulares, aunque genera jerarquía visual, rompe un poco con la modernidad del resto de la línea gráfica, transmitiendo una sensación más tradicional. Lo mismo ocurre con la iconografía de la web y app: aunque funcional, no se alinea del todo con el nuevo lenguaje visual basado en círculos. Estos dos detalles desconectan del todo con la línea visual propuesta, ya que parecen elementos de otra marca.
Aunque son detalles menores que no afectan la experiencia del consumidor, es importante que nosotros como diseñadores de marca estemos atentos a estos detalles para mantener una narrativa visual coherente.
En general, podemos resumir todo lo anterior a que este cambio, no es un rediseño de marca, es más un rediseño de identidad corporativa. ¿Por qué menciono esto? Porque lo que cambió en sí, fueron los lineamientos que componen la identidad de Coppel y su enfoque apuntando hacia lo digital, más que lo tradicional. Pero la marca como tal se mantiene, ya que su misión de seguir mejorando la vida de sus consumidores no ha cambiado.
Todo lo anterior, puede considerarse como un acierto por parte de la marca y los estudios involucrados en el proyecto, ya que mantiene la esencia de una marca tan conocida y relacionada con la cultura de sus consumidores, a la vez que les da una mayor versatilidad y dinamismo visual para seguirse comunicando a través de distintos canales de forma efectiva
“Tú eres la llave”: Una lección de conexión
Durante la presentación de su nueva identidad, Coppel lanzó su campaña “Tú eres la llave”.
Según su sitio oficial, la campaña tiene como objetivo “poner en el centro el potencial que tiene cada persona para abrir nuevas oportunidades y ser protagonista de su propia historia”. Esto puede verse en los spots, donde muestran consumidores reales descubriendo pasiones o viviendo momentos importantes en sus vidas, reforzando la conexión emocional con la marca.
¿Por qué es tan importante esta campaña? Porque incluye al consumidor en el proceso de cambio. Como se ha dicho anteriormente, somos seres sociales y como consumidores elegimos marcas que conectan con nosotros, formamos lazos con ellas. Por esa razón, cuando una marca cambia, sentimos que ya no es la misma que conocíamos y se rompe ese lazo. Para remediar esto, es importante que todo rebranding esté bien justificado y debe asegurarse que sus consumidores lo entiendan. No obstante, la gran mayoría no lo hace.
¿Deberían otras marcas tomar nota de esto? Si, porque así se toma en cuenta al consumidor y su relación con la marca. De esta forma, Coppel hace parte de su evolución como marca a sus consumidores y les da a entender que, aunque su identidad cambie, la marca sigue siendo la misma, y el lazo se mantiene.
¿El minimalismo está dañando a las marcas?
Hace tiempo redacté un artículo analizando esta tendencia en el diseño de marcas. En esta ocasión, quiero tocar de nuevo ese punto.
En el artículo se explicó que el minimalismo en el diseño gráfico de las marcas responde a una necesidad de hacer más versátil su comunicación visual. Actualmente nos encontramos en una época donde las marcas necesitan comunicarse tanto en un espectacular de gran tamaño, como en la pantalla de un smartphone, incluso algo más pequeño como un smartwatch.
Con ello, comprobamos que el problema no es el minimalismo, sino cuando se implementa sin estrategia. El diseño en general debe responder a una necesidad clara, no a una moda.
Marcas como Coppel o Burger King han abrazado el minimalismo con éxito porque lo han hecho con consciencia de su identidad y trayectoria. Otras, como Jaguar, han fallado al no tener una estrategia sólida detrás, ya que sólo se guiaron por una tendencia.
Conclusión
Coppel abrazó el minimalismo como parte de su evolución al mercado digital, pero lo hizo respetando su historia y cuidando la relación con sus consumidores. Esto es lo que hace que su rebranding sea exitoso.
Esto demuestra que el minimalismo es solo una herramienta más para resolver las necesidades de una marca. Lo importante es tener una estrategia que guíe cada decisión. Como diseñadores y responsables del desarrollo de una marca, debemos actuar con intención y no por inercia al realizar nuestro trabajo.